El embarazo en la adolescencia

Cuando empiezan los noviazgos entre adolescentes, también empiezan
las preocupaciones en las familias: ¿tendrán relaciones? ¿Sabrán
cómo cuidarse? No hablamos de esto con mucha frecuencia.
¿Por qué nos intranquiliza tanto la posibilidad de un embarazo?
Hay muchas razones: queremos que disfruten la juventud, que
puedan estudiar, trabajar, elegir con tranquilidad el camino... y
ser padres y madres adolescentes no es algo fácil de llevar.
Tal vez lo sabemos por experiencia propia o por lo que le pasó a
gente cercana. Durante esta etapa es difícil asumir con responsabili-
dad la crianza de los hijos.
Es común que las parejas de  padres y madres adolescentes
transformen sus vidas y las de sus familias. Muchas veces
abandonan los estudios o tienen más  problemas para
conseguir trabajo. Por eso, es bueno hablar en familia,
tanto con los varones como con las mujeres, sobre es-
tos temas. Si nunca lo hicimos, no nos desanimemos:
siempre es buen momento para empezar.
En cuanto a la maternidad y paternidad, un tema que
merece abordarse es el de las responsabilidades com-
partidas entre varones y mujeres tanto en la concep-
ción, como en el embarazo y los cuidados del bebé.
Suele ser diferente la manera en que impacta un embarazo en
la vida del varón adolescente que el modo en que lo hace en la
vida de la mujer, no sólo porque el embarazo se desarrolla en el
cuerpo de las mujeres sino también por desigualdades que en
nuestra cultura parecen naturales, aunque no lo son, y hacen
que recaiga en las mujeres la mayor carga del cuidado de
los hijos.

Otro tema a tratar son los métodos anticonceptivos. A veces, los adolescentes conocen esos métodos, pero creen que a ellos “no les va a pasar”. Pero sí les puede pasar, por eso es importante insistir mucho en el cuidado y en que no sirve cuidarse un poco o a veces o sólo con las personas desconocidas.
Para orientarlos, es indispensable que nos informemos bien nosotros los adultos sobrelos métodos anticonceptivos. En el centro de salud más cercano podrán asesorarnos y
también a los chicos y chicas, si van a consultar.
Recordemos siempre que el preservativo es el método que, además de prevenir el embarazo no deseado, previene las enfermedades de transmisión sexual. Da lo mismo si se trata de varones o mujeres: con ambos hay que conversar de estas cuestiones ya que el cuidadoy la prevención son responsabilidades de chicos y chicas.
También es importante que sepan que, en caso de rotura u olvido del método anticonceptivo, en los primeras 5 días es posible tomar la pastilla de anticoncepción hormonal
de emergencia (AHE), que se brinda gratis en hospitales y centros de salud. Esta pastilla retrasa la ovulación y espesa el moco del cuello del útero para impedir que el espermatozoide se encuentre con el óvulo y así evitar el embarazo. Si el embarazo ya se produjo,La AHE no afecta en nada al embrión, es decir, el embarazo puede continuar su desarrollo normal. Este es un mensaje claro para transmitirles.
Y si los y las adolescentes se convierten en padres y madres, estas nuevas responsabilidades no tienen que hacerlos abandonar sus sueños y proyectos. Aunque tengan que resignar algunas cosas, siguen necesitando divertirse, estar con sus amigos y amigas, estudiar y planificar su futuro. Las familias podemos ayudarlos y acompañarlos en esta nueva y compleja etapa.